Francisco de Ulloa, enviado por Hernán Cortés en 1539, fue el primero en comprobar que California no era una isla sino una península. Su expedición recorrió el Golfo de California y la costa occidental, llegando hasta la Isla de Cedros.
El descubrimiento de Ulloa fue fundamental para la cartografía del momento, pero el mito de la “isla de California” persistiría por décadas. A pesar de los hallazgos, la falta de recursos y la hostilidad del entorno llevaron al abandono de la exploración por parte de Cortés.